Por sugestão de Guido Ceronetti,
El Silencio del Corpo, Acantilado, 2006, p. 11, onde se pode ler:
"De Quincey incluía, entre las profundas tragedias de la infancia, «los labios de los muchachos, de los besos de sus hermanas para siempre separados», tragedia que comparte incluso quien no haya tenido hermanas. Tenebrosa, continua
muerte de la hermana en las figuras de Munch."